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Las 12 tiendas madrileñas del mes en GastroMadrid 2025


Portada (12 tiendas madrileñas del mes 2025) - GastroMadrid (1)

Durante este 2025, en GastroMadrid hemos querido poner el foco en aquellos espacios que dan vida a la gastronomía de la ciudad: sus tiendas especializadas. Cada mes hemos recorrido rincones donde el producto, la tradición y el talento conviven para mostrar la diversidad culinaria que define a Madrid. Desde proyectos familiares centenarios hasta conceptos contemporáneos, este viaje ha revelado el valor de quienes cuidan los sabores desde su origen.


Cada una de las doce tiendas seleccionadas destaca por su personalidad, su propuesta y su capacidad para emocionar a través del producto. Son lugares que cuentan historias: de oficio, de dedicación y de una forma muy madrileña de entender la cultura gastronómica. A través de sus estanterías, mostradores y obradores, hemos recorrido un año lleno de aromas, texturas y saber hacer.


Si te apasiona descubrir nuevos sabores y apoyar a quienes mantienen viva la esencia gastronómica de la ciudad, este repaso por las tiendas madrileñas del mes de 2025 es una invitación a mirar Madrid desde otra perspectiva: la de sus comercios de referencia. Acompáñanos en este recorrido por un año lleno de autenticidad y gusto por lo bien hecho.




Comenzamos nuestro recorrido por tiendas madrileñas con Leone, la tienda madrileña que brilló con luz propia en enero. Su creador, David Hermoso, apostó por reinventarse y dedicarse por completo al mundo del queso, dando vida en Arganzuela a un espacio gourmet donde cada pieza cuenta una historia. Su cuidada selección abarca desde quesos nacionales hasta referencias europeas elegidas tras años de aprendizaje y viajes formativos. A ello se suman vinos, mermeladas y conservas que completan la experiencia. Así, Leone inauguró el año como una parada imprescindible para los amantes del sabor.





Pocas paradas gastronómicas en Madrid despiertan tanta devoción como La Charcutería de Octavio, nuestra elegida como tienda madrileña del mes de febrero. En pleno Mercado de San Antón, este histórico espacio fundado en 1970 alberga auténticos tesoros: jamón ibérico puro de bellota, cecina de León, foie artesanal y más de 300 quesos afinados con maestría. Su compromiso con pequeños productores garantiza una calidad excepcional en cada pieza. Un templo para amantes del sabor que ahora, gracias a su tienda online, permite disfrutar de sus delicias desde cualquier rincón de España.





En marzo pusimos el foco en la tradición castiza con La Mantequería Teresa Huertas, un espacio que rescata el espíritu de las antiguas mantequerías madrileñas y lo actualiza con elegancia. Sus estanterías reúnen conservas, escabeches, embutidos, vinos y dulces seleccionados con el rigor que caracteriza a la familia Sandoval. No faltan recetas emblemáticas como los callos, el cocido madrileño o los escabeches de perdiz y bonito, junto al pan de masa madre y la bollería recién horneada. El diseño cálido de Jean Porsche completa una experiencia que huele a hogar. Un rincón que invita a detenerse, saborear y recordar de dónde venimos.





Abril nos llevó a La Casa de Siempre, un lugar que se reconoce por la sensación de hogar que transmite desde el primer paso. En Chamberí, Daniel Manzano ha dado forma a un sueño construido durante más de 45 años dedicados al vino y al servicio. Su espacio reúne una selección afinada de botellas y productos gourmet, cada uno elegido con criterio y emoción. Pero lo que distingue este rincón no es solo lo que ofrece, sino cómo lo ofrece: con cercanía, con oficio y con la voluntad de que cada visita sea un hallazgo. Un destino que se queda dentro.





En mayo fue el turno de En Copa de Balón, un universo vinícola que Madrid ha visto crecer desde 1991 y que hoy es referencia nacional en distribución y cultura del vino. Sus distintos espacios —de Bodegas Ortega a El Almacén o La Casita— funcionan como puntos de encuentro donde descubrir etiquetas singulares y dejarse guiar por profesionales que entienden el gusto de cada cliente. Algunas sedes incorporan restaurante, ampliando la experiencia con cocina pensada para acompañar cada copa. Ya sea para regalar, explorar nuevas regiones o abastecer la bodega personal, aquí el vino se convierte en relato y en momento compartido.





Junio nos adentró en Casa Mira, una turronería histórica que conserva intacto el encanto del Madrid más clásico. Fundada en 1855 por el maestro jijonenco Luis Mira, esta casa sigue elaborando sus turrones de manera artesanal, con una calidad que la ha convertido en referente absoluto. Su legado incluye mazapanes, polvorones, fruta escarchada y otros dulces que llevan más de un siglo conquistando paladares dentro y fuera de España. Hoy, bajo la dirección de su tataranieto Carlos Ibáñez Méndez, el espíritu familiar permanece vivo. Un rincón donde tradición y excelencia se funden en cada bocado.





En pleno verano, nos rendimos ante la grandeza de Protos Gran Reserva 2016, un tinto que resume como pocos la nobleza de la Ribera del Duero. Elaborado solo en añadas excepcionales y procedente de viñas de más de 60 años, este vino despliega una profundidad admirable tras su larga crianza en roble y botella. En nariz combina fruta compotada, cacao y sutiles tostados; en boca es potente, sedoso y de final interminable. Ideal con carnes asadas, caza o quesos curados, este Gran Reserva confirma por qué Protos sigue siendo un nombre imprescindible en el vino español.






La Casa del Bacalao nos ayudó a descubrir en agosto un buen pescado salado deja de ser un desafío para convertirse en un placer. Este histórico comercio del barrio de Salamanca, fundado en 1981, trabaja únicamente con piezas salvajes del Atlántico Norte, curadas en sal marina y seleccionadas con criterio experto. Su icónica fachada azul y blanca invita a entrar en un mundo de salazones, ahumados, conservas y tapas como brandada, ajoarriero o pulpo, disponibles también en sus espacios de degustación. Con cuatro décadas de oficio, la casa mantiene una premisa clara: el producto manda, pero el cliente siempre es el centro.






Doña Tomasa, un homenaje vivo a la tradición conservera que nació en Santoña y que hoy brilla en Madrid con seis locales, fue nuestra parada imprescindible en septiembre. Sus raíces se hunden en cinco generaciones dedicadas al mar, y sus emblemáticas anchoas del Cantábrico siguen siendo el corazón de un catálogo de más de 250 productos gourmet seleccionados en toda España. Conservas, aves, foie, quesos, dulces y vinos se exponen en tiendas que evocan las antiguas conserveras, con madera, laterío y un ambiente cálido. Un espacio que celebra lo mejor de nuestra despensa y que invita a descubrir sabores con historia.






Octubre encontró en Formaje su mejor expresión del queso artesano: un lugar donde cada pieza cuenta una historia y cada cliente encuentra un camino para descubrirla. Con tiendas en Plaza de Chamberí y Castelló, este proyecto fundado por Clara Díez y Adrián Pellejo reivindica el queso como vínculo cultural y emocional. Su selección procede de ganaderías sostenibles y territorios con identidad propia, y el equipo acompaña cada elección con asesoramiento cercano y experto. Catas, charlas y encuentros en su bodega completan la experiencia. Un espacio que celebra la artesanía láctea y devuelve al queso el protagonismo que merece.






Noviembre llegó con el aroma inconfundible de Sabor Ibérico, una jamonería del barrio del Retiro donde la autenticidad se percibe desde el primer paso. En su local de Narváez, el jamón ibérico cortado a mano es protagonista absoluto: cada loncha revela la paciencia y la técnica de un oficio que honra la tradición. A su lado, quesos selectos y productos gourmet completan una despensa que recuerda a la de nuestros abuelos. Todo lo que se ofrece en tienda puede adquirirse también online, con la misma calidad y cuidado. Un espacio cálido donde el buen producto se comparte con cariño.






Finalizamos en diciembre con Mariano Madrueño. Esta legendaria licorería madrileña, activa desde 1895, ha evolucionado desde las antiguas destilerías de anisados y vermús hasta convertirse en una referencia actual de la distribución especializada. Sus dos tiendas —en Postigo de San Martín y Calatrava— reúnen etiquetas clásicas, rarezas y vinos imprescindibles, además de conservar espacios tan singulares como la bodega subterránea original. Con un equipo joven e internacional y propuestas para todos los bolsillos, es un lugar donde descubrir, aprender y brindar. Un cierre perfecto para el mes de diciembre.




A lo largo de este recorrido, hemos comprobado que cada tienda guarda un universo propio: formas de trabajar que se transmiten de generación en generación, miradas nuevas que renuevan la tradición y productos capaces de despertar recuerdos o crear otros nuevos. Detrás de cada mostrador hay una historia, un oficio y una manera única de entender la gastronomía madrileña.


Ahora que despedimos este ciclo de 2025, miramos hacia adelante con la ilusión de seguir descubriendo espacios que hacen de la ciudad un destino vivo y sabroso. Nuevos proyectos, sabores inesperados y artesanos apasionados nos esperan en el camino. ¿Qué propuestas nos deparará 2026? Solo el tiempo lo sabrá, pero estamos seguros de que en cada parada celabraremos la diversidad, el carácter y la emoción que esconden las mejores tiendas de Madrid.

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