Vinos Rubén Ramos: un sueño con nombre propio en el corazón de la Ribera del Duero
- Julián Acebes
- hace 15 horas
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En la Ribera del Duero, en la localidad histórica de Peñafiel, un proyecto personal y artesanal está dando mucho que hablar. Se trata de Vinos Rubén Ramos, una bodega joven con alma de tradición, nacida del empeño y la vocación de Rubén Ramos, agricultor y viticultor, que ha convertido su pasión por la tierra en vinos con identidad, pureza y sentido.
Rubén Ramos no ha llegado al vino desde la inversión o el marketing, sino desde la tierra. Como viticultor, su relación con la vid es directa, diaria y profundamente respetuosa. Sus 14 hectáreas de viñedo propio, todas situadas en Peñafiel, en la vertiente sur del Duero y a espaldas del icónico castillo, son la única fuente de sus vinos, lo que garantiza una trazabilidad absoluta y una personalidad muy marcada.
El suelo franco-arenoso con caliza activa (12%) y el microclima privilegiado de la zona confieren a la uva Tempranillo —la variedad reina— una madurez equilibrada, concentración y tipicidad. Las cepas se cultivan en espaldera y con poda tradicional en cordón, mientras que la producción se regula según las características de cada añada, priorizando siempre la calidad sobre el volumen.
La bodega se sitúa en el Camino de Bezana, muy cerca de los viñedos. Desde allí, se elaboran los vinos de forma tradicional y artesanal, respetando el carácter de la uva. El edificio se divide en dos espacios: una zona técnica para vinificación, crianza y embotellado, y una casa que funciona como sala de catas, comedor y sede social. Un entorno cálido y funcional donde el visitante es bienvenido a vivir el vino desde dentro.
En Vinos Rubén Ramos no hay atajos. Cada botella refleja el trabajo bien hecho desde la viña, con largas maceraciones, mínima intervención y un afinado en barricas de roble francés y americano que aporta estructura sin esconder la fruta.
El Rubén Ramos Roble, con 8 meses de crianza, es fresco, directo y envolvente. De color rojo cereza con reflejos malva, ofrece un perfil frutal intenso, equilibrado y con trago largo. Por su parte, el Rubén Ramos Crianza, con mínimo 16 meses en barrica, se muestra más complejo y elegante. De tono rojo picota y reflejos rubí, despliega aromas de fruta roja, balsámicos y notas especiadas, con una boca estructurada, pero fresca, larga y sabrosa.
Son vinos honestos, sin maquillaje, que expresan el carácter de la tierra y del viticultor. La vendimia manual, la viticultura respetuosa y el mimo en cada detalle hacen de ellos una rareza dentro de un panorama vitivinícola cada vez más estandarizado.
La bodega no solo abre sus puertas al visitante, sino que lo hace con propuestas pensadas para todos los públicos. Las visitas guiadas incluyen recorridos por las instalaciones, explicación de procesos y cata de vinos. También se ofrecen experiencias especiales como vendimia infantil, pisado tradicional de uva o comidas en bodega, todo con reserva previa y según temporada. Incluso los más pequeños tienen su lugar gracias a una zona infantil pensada para ellos.
El entorno, con vistas espectaculares al castillo de Peñafiel, completa una visita que va más allá del vino: es una inmersión en el alma de la Ribera.
La calidad y autenticidad de los vinos de Rubén Ramos han encontrado un canal de distribución a la altura en ESDIVINO, una distribuidora madrileña que se ha convertido en altavoz de pequeños productores que apuestan por la excelencia y la honestidad en la copa.
ESDIVINO nació de la complicidad entre Damián García, sumiller con amplia trayectoria, y Raquel Anento, apasionada del vino y vecina de Aluche. Juntos crearon una distribuidora con alma, enfocada en vinos de autor, exclusivos y de calidad, que no solo se venden, sino que se cuentan y se comparten en catas diseñadas con mimo.
Rubén Ramos forma parte del catálogo exclusivo de ESDIVINO, que no solo lo representa en Madrid, sino que lo integra dentro de un relato de autenticidad y pasión. Desde la selección hasta la venta, pasando por la organización de catas y encuentros, ESDIVINO actúa como hilo conductor entre los pequeños grandes proyectos del vino español y una comunidad de amantes del vino que busca experiencias reales.
Como dice Damián, su misión es ofrecer "vinos diferentes", aquellos que reflejan trabajo, coherencia y respeto por la tierra. Y en ese mapa del vino honesto, Vinos Rubén Ramos ocupa un lugar destacado.
Vinos Rubén Ramos no pretende ser el más grande, sino el más fiel a sí mismo. Con su viñedo propio, su bodega cercana, sus vinos sin disfraz y su distribución honesta a través de ESDIVINO, representa lo mejor del nuevo vino español: autenticidad, arraigo y un respeto profundo por la tierra y quien la trabaja.
Un nombre que ya empieza a sonar en la Ribera del Duero... Y que, gracias a proyectos como ESDIVINO, comienza a resonar con fuerza también en Madrid.
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