Conciencia y riqueza en cada copa: las mejores bodegas sostenibles de España
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© Juvé & Camps
31.10.23 Julián Acebes
A lo largo de todo el país existen bodegas que trascienden la excelencia enológica para abrazar un compromiso más amplio: la sostenibilidad. Estas joyas vinícolas combinan a la perfección la artesanía y la innovación con prácticas que respetan y protegen el entorno. No son solo productoras de vinos de renombre, sino también guardianas de un legado familiar arraigado en la tierra y comprometidas con el cuidado del medio ambiente.
Entre las mejores bodegas sostenibles de España se encuentran joyas vitivinícolas arraigadas en la tradición, que han forjado un camino de respeto por la naturaleza y la calidad. Estos viñedos han convertido la sostenibilidad en un pilar fundamental, desde el proceso de cultivo ecológico hasta una vinificación centrada en la regeneración del ecosistema y la biodiversidad.
El compromiso de estas bodegas no solo radica en la calidad de sus vinos, sino también en un enfoque holístico que abarca la producción ecológica, el respeto por el terruño y la preservación de la biodiversidad. Descubre más sobre estas bodegas sostenibles que conjugan maestría enológica y responsabilidad medioambiental, uniendo lo tradicional con lo vanguardista en cada botella que producen.
Altos de Torona
La historia de Altos de Torona es un viaje que se inicia en 1954 cuando la familia Gómez decidió dedicarse al mundo del vino, una tradición que han mantenido durante generaciones. En esta bodega, la pasión por la tierra y la viña se fusiona con un firme compromiso con la sostenibilidad, creando vinos únicos en Galicia y algunas de las Denominaciones de Origen más prestigiosas de España. Muestra de ello es que cuentan con la certificación Wineries for Climate Protection (WFCP), la primera y única certificación específica de sostenibilidad medioambiental para el sector vitivinícola que aspira a convertirse en la referencia internacional en materia de vinificación y medio ambiente.
Altos de Torona posee el viñedo más grande de Galicia en una única extensión de 94 hectáreas al sur de la provincia de Pontevedra, en la frontera con Portugal. Esta ubicación excepcional, con vistas al río Miño y cercana al océano Atlántico, junto con el microclima particular de la subzona de O Rosal, da como resultado vinos con un carácter atlántico y aromas frutales intensos.
Lo que hace a esta bodega verdaderamente especial es su compromiso con la viticultura sostenible. Entre las hileras de cepas de variedades como Albariño, Caíño Blanco, Godello, Loureira y Treixadura, se lleva a cabo una viticultura que ha convertido este viñedo en un hábitat natural para 91 especies de plantas y 71 de animales. Esta diversidad biológica enriquece las viñas desde sus raíces, creando vinos que son un testimonio de su integración con la naturaleza.
Altos de Torona ha implementado un Plan de Protección y Conservación del paisaje del viñedo, que incluye el mantenimiento de franjas naturales que sirven como corredores biológicos para la flora y fauna. Estos espacios permiten que la vida silvestre se desplace por el viñedo y contribuye al buen estado del suelo.
Además, han implementado placas fotovoltaicas en la bodega y el viñedo, lo que les permite producir el 40% de la energía que necesitan a través de fuentes renovables. Sin olvidar que, a pesar de la extensión de su viñedo, muchos de los trabajos, como la poda y la vendimia, se realizan de forma manual, lo que muestra su dedicación a la sostenibilidad.
Sin duda, cada copa de vino Altos de Torona cuenta la historia de una bodega comprometida con la naturaleza y la calidad.
Finca La Estacada
En el corazón de Castilla-La Mancha, entre leves lomas y extensos viñedos, se encuentra Finca La Estacada, un complejo enoturístico que deslumbra tanto por su historia como por su compromiso con la sostenibilidad. Fundada en 2001 por la familia Cantarero Rodríguez, esta bodega se ubica en la parcela La Estacada, cuyo nombre proviene de una antigua calzada romana que unía Segóbriga con Complutum (la actual Alcalá de Henares). La calzada está documentada por miliarios hallados en la zona, una réplica de los cuales se exhibe en la bodega.
En total, Finca La Estacada abarca 278 hectáreas de viñedos que rodean la bodega, creando un paisaje impresionante que evoluciona a lo largo de las estaciones. Sus suelos arcillosos con sustrato calcáreo son pobres pero ricos en minerales, y las uvas maduran lentamente debido a la elevación de las laderas.
La bodega también se distingue por su compromiso con la sostenibilidad. Ha instalado paneles solares, aprovechando la energía solar en su bodega, hotel y restaurante. Además, en 2010 crearon una planta de tratamiento de aguas residuales para su reutilización en el riego de los viñedos, cumpliendo con el ODS 6 de agua limpia y saneamiento.
La reforestación ha sido una parte importante de su compromiso con el clima, con más de 200 hectáreas de pinos y encinas naturales que generan aproximadamente 70 toneladas de oxígeno al día. Además, Finca La Estacada forma parte de la certificación Wineries for Climate Protection y es parte de la D.O. de Uclés, la primera D.O. en medir la huella de carbono para reducir las emisiones de CO2.
Además, en términos de producción y consumo responsables, Finca La Estacada ha reducido el gramaje de sus botellas y ha eliminado los separadores en cajas, disminuyendo significativamente su impacto ambiental. En sus viñedos, utilizan fitosanitarios autorizados para el cultivo ecológico y practican un seguimiento y control preventivo de plagas y enfermedades.
En definitiva, Finca La Estacada es un faro de sostenibilidad en la industria vitivinícola, demostrando que se pueden producir vinos excepcionales con un compromiso firme hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Finca Valpiedra
Finca Valpiedra es un ejemplo destacado de la conjunción entre tradición vinícola y sostenibilidad en el corazón de La Rioja Alta. Con 80 hectáreas de viñedo, este terreno se erige en uno de los cuatro grandes meandros del río Ebro a su paso por La Rioja. Situada entre Fuenmayor y Cenicero, dos localidades con una fuerte tradición vitícola, la finca ha desarrollado una viticultura que respeta la naturaleza y rinde homenaje a la identidad de su paisaje.
Fundada en 1999 por Familia Martínez Bujanda, Finca Valpiedra representa el espíritu emprendedor y la pasión por el vino de esta familia. Desde sus inicios, se convirtió en parte de la exclusiva Asociación Grandes Pagos de España, un grupo de bodegas dedicadas a la producción de vinos con terruños singulares y con personalidad propia. La finca, se enorgullece de seguir el estilo clásico bordelés y ofrece una gama de cuatro vinos elaborados exclusivamente con uvas de la finca: Finca Valpiedra Reserva, Cantos de Valpiedra, Petra de Valpiedra y Finca Valpiedra Reserva Blanco.
Finca Valpiedra es un ejemplo de viticultura sostenible en un paisaje singular. Por su suelo pedregoso, viñedos en terrazas y cepas viejas, los rendimientos de la finca son inferiores a lo máximo permitido en la DOCa Rioja, y siempre buscando la máxima excelencia. La vendimia se realiza a mano, lo que permite elegir las uvas que posteriormente, pasarán por una mesa de selección antes de su entrada en bodega. Además, cada tres años, se renueva la tercera parte de su parque de barricas de roble francés y americano.
Finca Valpiedra no solo es una referencia en términos de calidad vinícola, sino también un ejemplo de cómo la tradición y la sostenibilidad pueden convivir en armonía. Su respeto por el entorno y la pasión por el vino se reflejan en cada botella. Además, visitar Finca Valpiedra no solo es una experiencia enológica, sino también una inmersión en un paisaje único y natural que inspira la producción de vinos excepcionales.
familiamartinezbujanda.com
Juvé & Camps
En el idílico entorno de la comarca del Penedés, una bodega icónica se alza con una rica tradición y un firme compromiso con la sostenibilidad: Juvé & Camps. La historia de esta casa vitivinícola se remonta a 1796, y desde 1921 se ha destacado por su maestría en la elaboración de vinos espumosos de largas crianzas brut nature. Hoy en día, es Meritxell Juvé, de la cuarta generación familiar, quien lidera la centenaria casa, manteniendo su savoir faire y, al mismo tiempo, introduciendo una visión innovadora y pionera que marca su filosofía de trabajo.
Una de las señas de identidad más destacadas de Juvé & Camps es su compromiso con la sostenibilidad. Durante más de 15 años, han estado cultivando sus 271 hectáreas de viñedos de forma ecológica y practicando la viticultura regenerativa, que promueve un mayor cuidado de los suelos para evitar la erosión y proteger así su ecosistema y biodiversidad.
También en bodega el compromiso con la sostenibilidad está muy presente, prueba de ello es el proyecto de reducción del peso de las botellas de vidrio donde reposan sus elaborados, reduciendo así el impacto de la huella de carbono a la vez que se preserva la calidad de sus espumosos.
Esta bodega es reconocida por su maestría en el ensamblaje, un arte que da lugar a vinos complejos y equilibrados, capaces de mejorar con la crianza en botella. Juvé & Camps se ha mantenido fiel a su territorio, arraigada a la tierra que le da vida
Además, Juvé & Camps es una de las 13 bodegas en la Denominación de Origen que cuenta con el sello de Elaborador Integral, lo que significa que controlan todo el proceso desde la viña hasta la botella, garantizando calidad y excelencia en cada etapa.
Sin duda, el Reserva de la Familia, un su espumoso más emblemático que vio la luz en 1976, encarna la esencia de esta bodega. Pionero en el estilo brut nature (sin azúcares añadidos) en España, es un vino con una vocación de guarda que refleja la maestría de Juvé & Camps. Con un ensamblaje de variedades Xarel·lo, Macabeo y Parellada de viñedos en propiedad cultivados de manera ecológica, conservando la esencia del Penedès y el carácter del terroir.
En definitiva, Juvé & Camps no solo produce espumosos excepcionales, sino que también lidera en sostenibilidad, demostrando que la tradición y la innovación pueden coexistir en perfecta armonía.
Pradorey
En el corazón de la Ribera del Duero se encuentra un rincón especial, Pradorey, una bodega que ha fusionado la tradición vinícola con un compromiso inquebrantable hacia la sostenibilidad. Ubicada en el Real Sitio de Ventosilla, una finca que Isabel la Católica adquirió en 1503 y que fue declarada Finca Modelo por Alfonso XIII, Pradorey es uno de los proyectos vinícolas más ambiciosos e innovadores de la región.
El viñedo de Pradorey es un verdadero tesoro sostenible, con un total de 548 hectáreas que se dividen en 11 pagos y 158 parcelas. Además, la bodega está trabajando ya con dos de sus pagos en viñedos ecológicos, abarcando unas 45 hectáreas, y está reconvirtiendo otros tres pagos, que suman 63 hectáreas. Este compromiso con la agricultura ecológica es un testimonio de la dedicación de Pradorey hacia la preservación del entorno y la producción de vinos más respetuosos con el medio ambiente como sus cuatro vinos ecológicos: Adaro, Sr. Niño, Lia y Salgüero Tinto. Elaboran todos sus vinos exclusivamente con uvas de su propio viñedo. Siguiendo las técnicas tradicionales de sus abuelos, como la fermentación en tinajas de barro centenarias y el uso de levaduras autóctonas, Pradorey crea vinos naturales, frescos y auténticos que capturan la esencia de la tierra de la Ribera del Duero.
La sostenibilidad es una parte integral de la filosofía de Pradorey. La bodega recicla los residuos de su materia prima, lo que contribuye a la reducción de residuos y al fomento de una economía circular. Además, han logrado reducir de manera significativa el consumo de propano y carbono, minimizando su huella de carbono y su impacto ambiental, gracias a la utilización de paneles solares térmicos para calentar el agua aprovechando así la energía limpia y renovable.
Además, la bodega de Pradorey se integra perfectamente en su entorno. Parcialmente subterránea, mantiene las condiciones óptimas de temperatura y humedad para la crianza de los vinos. Su innovador sistema de apilado de barricas y su sala de conos de roble francés son ejemplos de la fusión entre tradición y tecnología.
Pradorey demuestra su compromiso con la sostenibilidad a través de una presa hidroeléctrica que proporciona energía renovable y su innovadora explotación ganadera de la que el estiércol generado se utiliza como abono natural.
La apuesta de Pradorey por la sostenibilidad va más allá de la viticultura. Su parque fotovoltaico y el uso responsable de recursos, como el agua y los residuos, son ejemplos de su compromiso con un futuro más verde.
En Pradorey, la tradición y la innovación se entrelazan en un abrazo sostenible. Este rincón en la Ribera del Duero no solo ofrece vinos excepcionales, sino también una lección sobre cómo cuidar de la tierra que nos brinda estas maravillas. Al visitar Pradorey, se descubre una filosofía que todos deberíamos adoptar en nuestro camino hacia un futuro más sostenible.