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La Cava Baja en casa (y sin empujones): el tapeo más castizo en versión gamberra
- Julián Acebes
- hace 9 horas
- 2 Min. de lectura
En la Cava Baja, cuando cae la tarde y Madrid empieza a quitarse la corbata, la calle se pone canalla. Las copas chocan sin pedir permiso, las brasas huelen a fiesta y el bullicio tiene ese punto macarra —pero entrañable— que solo esta arteria sabe gestionar. Aquí la gente no pasea: serpentea. Se arrima a la barra, se empuja un poco, pide vermut con la misma determinación con la que otros rezan. En ese caos adorable nace la cesta “Acera de los Impares de la Cava Baja”, una maravilla que puedes comprar en nuestra tienda y que permite recrear en casa el tapeo más castizo sin tener que abrirte paso entre parroquianos eufóricos.
Porque esta cesta no es un capricho: es un homenaje descarado al aperitivo madrileño y a la vida social que florece entre un palillo, un sorbo y una conversación subida de tono. Recoge el espíritu festivo de la Cava Baja, esa mezcla de tradición y desparpajo donde nadie juzga si te comes la última aceituna o si estás repitiendo ronda antes de tiempo. Es Madrid en modo aperitivo, con el volumen alto y la sonrisa puesta. Una energía que, si te apetece, puedes llevarte a casa comprándola en nuestra tienda, faltaría más.
El viaje arranca con un Vermut Premium Lhardy que entra con categoría, intenso, equilibrado, elegante pero sin cursilerías. Ese toque clásico que, de alguna manera mágica, te invita a poner codos sobre la mesa mientras dices “venga, uno más”. A su lado, los Mejillones La Brújula, tiernos, sabrosos, con un escabeche noble que huele a taberna de azulejo gastado y camarero con bigote que lo ha visto todo. Para seguir el ritmo, las Patatas Bonilla a la Vista, finas y crujientes, icónicas del aperitivo madrileño; el tipo de chip que desaparece misteriosamente mientras alguien dice “solo cojo una”. Y como golpe final, los Anacardos Sal de Ibiza Cajún, crujientes y especiados, con una chispa gamberra que anima la conversación y despierta la sed. Así funciona el ciclo del vermut, ya se sabe.
El ritual se viste de gala con dos vasos Riedel, porque incluso lo gamberro tiene derecho a la elegancia, acompañado de la servilleta de algodón verde militar de Ofelia, que pone orden sin quitar encanto. Todo servido sobre la bandeja ovalada de madera Le Ruelle, convertida en tu barra improvisada.
La cesta “Acera de los Impares de la Cava Baja”, disponible en nuestra tienda, es una Cava Baja portátil: su ruido, su chispa, su descaro delicioso. Una invitación a montar tu propio tapeo madrileño sin pedir permiso. Y eso, seamos sinceros, es un planazo.
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