Virrey presenta sus cenas con maridaje en una exquisita combinación de vinos y platos
15.02.23 Julián Acebes
Se dice que la verdad está en el vino y es que, si se le presta la suficiente atención, el vino tiene su propio lenguaje y habla de historia, de tradición, de recolección, de productores y de terruño, evocando sensaciones y trasladando a lugares que no importa si se conocen o no, el vino los presentará hablando alto y claro.
Virrey propone unas cenas con maridaje, una noche de cada mes, empezando este 15 de febrero, en las que la armonización de los platos constará de las más selectas etiquetas y en las que el chef Carlos Fernández Miranda y el sumiller de Bodegas La Inglesa, Santi Carrillo darán las claves para maridar a la perfección. Así, opciones como la ostra Nathalie et Sébastien, cuyo nudo, desarrollado y crujiente junto con su intenso sabor a mar, se acompañará de un vino tan poco habitual como esta maravilla oceánica, “Loco” de la Bodega Canopy, tiene la singularidad de ser la única garnacha blanca del centro peninsular, cultivadas de manera tradicional en vaso, trabajado con la técnica del battonage y consiguiendo un vino complejo que en boca resulta amplio y equilibrado.
La ya famosa y selecta ensaladilla de lubina de Virrey acompañada del más delicado caviar tienen su complemento perfecto en un Fino Solera de La Inglesa, desarrollado bajo velo de flor y cuyas notas de almendra amarga y fruta madura, resulta salino y seco, controlando la intensidad del caviar y potenciando su sabor. Las codornices escabechadas con puerritos, necesitan un vino que entienda su complejidad, que acompañe y matice, como el Fino Pasado de La Inglesa, un vino largo y que, a pesar de su vejez, se mantiene fresco, sutil, persistente y con recuerdos de fruta blanca, pan y frutos secos.
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La joya de la carta y que da nombre al restaurante, el virrey, majestuoso y delicado necesita una armonización a su altura y se ha encontrado en La Viña Escondida, un vino que al igual que el virrey, requiere un trato especial y se recolecta a primera hora de la mañana en pequeños volúmenes desde la colina donde se sitúa la viña, con más de 90 años de antigüedad, expuesta a los cuatro puntos cardinales y consiguiendo una maduración perfecta. La tabla de quesos del norte con la que finalizará la cena, incorpora variedades como el queso de Cebreiro, con su característica nota láctea, el asturiano Casín, con su aroma de mantequilla sazonada por el paso del tiempo o el premiado Savel, un queso azul de Chantada, en Lugo, tan aromático, equilibrado y untuoso, necesita un vino que hable el lenguaje láctico y limpie su salinidad, para ello Virrey ha seleccionado un Amontillado de La Inglesa por su elaboración a partir de mosto yema, de primera calidad y en un terreno donde se encuentran las mejores albarizas de la Sierra de la Montilla y donde la uva de la variedad Pedro Ximénez rinde de manera excelsa, consiguiendo unos matices elegantes y delicados, siendo intenso y contundente en boca.
La elegante decoración de Virrey, en la que se combina las sutiles referencias art-decó neoyorquinas con la fuerza de la costa cántabra son el escenario perfecto para estas cenas con maridaje donde el delicado entelado de sus techos vestirán este evento con las mejores galas.