Test: ¿Eres más de horchata, sangría, cóctel o gazpacho bebido?
- Roberto Buscapé
- 29 ago
- 3 Min. de lectura

Dicen que en verano se suda el carácter, pero en Madrid se revela en el vaso que eliges. Basta con mirar lo que alguien pide en la barra para intuir su personalidad: el nostálgico que se aferra a la horchata de chufa auténtica, el socializador que levanta una sangría, el noctámbulo que se pide un cóctel con sonrisa cómplice, o el consciente que brinda con gazpacho como quien descorcha salud embotellada. No es un simple refresco: es un retrato líquido de quién eres y cómo sobrevives al verano capitalino.
En esta ciudad, donde el asfalto parece freír huevos a mediodía y las terrazas son el nuevo centro neurálgico de la vida social, la elección de bebida funciona como test psicológico sin necesidad de psicólogo. El vaso en la mano revela si buscas calma, ligereza, chispa o bienestar. De hecho, más de un madrileño ha descubierto a su mejor amigo, a su pareja de verano —o incluso a su peor cita— simplemente observando qué pedía para combatir los 38 grados a la sombra.
Por eso este test veraniego no pretende adivinar tu futuro, sino descifrar tu presente. Aquí encontrarás no solo tu perfil líquido, sino también los rincones madrileños donde la teoría se convierte en práctica: el kiosko horchatero que resiste como patrimonio sentimental, el bar animado donde el tinto sabe a sobremesa eterna, el cóctel nocturno servido con neones y confidencias, o la ruta gazpachera que convierte la huerta en copa. Madrid es un mapa de bebidas que dicen más de ti de lo que imaginas.
Si eliges horchata…
Eres un nostálgico reivindicativo, de los que todavía suspiran por los veranos en la playa con helados de papel encerado. Tienes una sensibilidad artesanal y defiendes lo auténtico frente a lo industrial, como el maestro horchatero del mítico Kiosko de Horchata Narváez, que lleva décadas recordando que la chufa es cultura líquida y no un polvo soluble de tetrabrik. Te gusta la calma, disfrutas de los pequeños gestos y tienes un radar para detectar "falsificaciones refrescantes".
Dónde ir: al propio Kiosko de Horchata Narváez, donde lo auténtico se sirve frío y espumoso. Es un pequeño templo de resistencia en un Madrid que corre demasiado. Allí, cada sorbo es una protesta dulce contra la prisa.
Si eliges sangría…
Eres desenfadado y sociable, el alma de las sobremesas ligeras y los planes improvisados. Tienes un espíritu relajado y práctico: nada de gastar 12 euros en un cóctel cuando por menos de la mitad puedes refrescarte con vino, frutas, burbujas y buena compañía. La sangría es tu forma de decir: "la vida ya es bastante complicada, dame algo sencillo y alegre".
Dónde ir: al Taberna El Sur de Huertas (calle Torrecilla del Leal, en Huertas). Es un clásico madrileño de mesas apretadas, raciones generosas y ambiente viajero donde siempre hay mezcla de locales y turistas. La sangría aquí se sirve en condiciones: frío, barato y con el poder de alargar cualquier comida hasta convertirse en tertulia maratoniana. Perfecta para los que creen que la alegría no necesita etiqueta.
Si eliges cóctel…
Eres nocturno por definición. La caída del sol es tu pistoletazo de salida: buscas chispa, ambiente y banda sonora de neón. Extrovertido, sociable y con gusto por lo intenso, el cóctel es tu brújula para encontrar la pista de baile o la barra donde se escriben las mejores anécdotas (y las peores decisiones).
Dónde ir: aunque Madrid es un buffet libre de copas, tu hábitat ideal está en bares de cócteles urbanos como 1862 Dry Bar en Malasaña o el sofisticado Del Diego Cocktail Bar en Chueca. Allí la ginebra o el ron se mezclan con elegancia, y tu yo más magnético se encarga del resto.
Si eliges gazpacho bebido…
Eres culto, consciente y de paladar saludable. Te mueves entre la gastronomía como quien elige lecturas de verano: con criterio. Para ti cada vaso de gazpacho es bienestar instantáneo, y como decía Camilo, te sientes "delicioso" al probarlo. Tus amigos saben que si hay alguien que recomendará un buen menú fresco en Madrid, ese eres tú.






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